La temporada navideña, un momento de reunión y conexión, se convierte en una oportunidad crucial para reflexionar sobre la importancia de las conexiones sociales en nuestra salud. Un estudio reciente, publicado en la revista BMC Medicine, ha revelado que la falta de ciertos tipos de conexión social está estrechamente vinculada a un mayor riesgo de morir prematuramente.
El estudio, liderado por el investigador clínico Hamish Foster de la Universidad de Glasgow, examinó dos formas de soledad y tres tipos distintos de aislamiento social. Descubrieron que cada uno de estos estaba asociado con un aumento significativo en el riesgo de muerte prematura.
La soledad, según la definición de los autores, se midió a través de la confianza en alguien cercano y la frecuencia de sentirse solo. El aislamiento social se evaluó mediante visitas de amigos o familiares, participación en actividades grupales semanales y la situación de vivir solo.
El estudio, que incluyó a más de 458,000 participantes del UK Biobank, reveló que aquellos que vivían solos y no recibían visitas tenían un riesgo un 40% mayor de morir prematuramente en comparación con aquellos que eran visitados diariamente.
Pasar tiempo con seres queridos al menos una vez al mes se asoció con un riesgo menor. Los contactos más cercanos proporcionaron un apoyo más práctico y una mayor probabilidad de identificar sutiles deterioros en la salud y el bienestar de un individuo.
El estudio sugiere que la desconexión social se relaciona con una función inmune deficiente, problemas cardiovasculares y deterioro del desarrollo neurológico. También señala la posibilidad de que la soledad y el aislamiento sean formas de estrés, afectando negativamente al organismo.Tambien se resalta la necesidad de abordar múltiples aspectos de la desconexión social para mejorar la situación de las personas aisladas. Además, la Dra. Olivia Remes enfatiza la importancia de actividades grupales y la participación en organizaciones sociales para combatir la soledad.
El estudio sugiere que la desconexión social se relaciona con una función inmune deficiente, problemas cardiovasculares y deterioro del desarrollo neurológico. También señala la posibilidad de que la soledad y el aislamiento sean formas de estrés, afectando negativamente al organismo.
Aunque el estudio no analizó el efecto de los animales de compañía, se menciona que investigaciones anteriores sugieren que tener una mascota puede ser beneficioso para aquellos que viven solos.
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